En el artículo anterior, pudimos conocer cuatro pilares fundamentales para un Proceso de Inducción efectivo. Uno de los más importantes, es la Instalación del Proceso. Contempla la creación de la estrategia que se seguirá para lograr generar una experiencia positiva en los nuevos colaboradores y con esto impactar en su compromiso y percepción de la empresa como marca empleadora.

En esta etapa es importante ver el Proceso de Inducción como algo más que una serie de actividades, intentando generar una hoja de ruta que garantice una integración rápida y positiva al equipo, las funciones específicas del cargo y la cultura organizacional. Ten en cuenta que sólo existirá una oportunidad para generar una buena primera impresión.

En años anteriores, las empresas veían al Proceso de Inducción sólo como la realización de una jornada de capacitación en sala en la que se entregaría información de la organización. Este paradigma ha cambiado para dar paso a programas que pueden extenderse incluso por más de seis meses y que tienen foco en la experiencia empleado, es decir, en el impacto que se generará en cada nuevo colaborador de manera individual.