Durante la última década, las empresas han evolucionado o intentado migrar hacia una organización ágil. Una organización ágil es una empresa que puede adelantarse a las tecnologías de una manera hábil y receptiva.
En un contexto de globalización las reglas para el mundo empresarial han cambiado, así lo plantea MICHAEL BAZIGOS, académico de la Universidad Columbia, el cual dice: “En el contexto de un mercado competitivo y globalizado, debemos aceptar que todo lo que creemos acerca de cómo el éxito puede ser alcanzado, tal vez cambie súbitamente y por completo, exigiéndonos replantear todo el enfoque, para transformarlo de manera rápida y agresiva,” de esta manera las empresas deben lograr tener la capacidad de adaptación.
Una empresa con una administración ágil tiene las herramientas y habilidades para crear valor para responder de una manera eficiente al cambio, podrán modificar sus planes iniciales luego de contingencias o cambios en su entorno. Una organización debe encontrar un balance entre rapidez y estabilidad. Esto conlleva una mirada diferente para gestionar los desafíos:
Una empresa ágil exige a sus colaboradores tomar responsabilidades alineada a los objetivos de la organización, les permite tener un grado de libertad, fomenta productividad y creatividad.